domingo, 23 de agosto de 2009

Nikko y Tokyo


Cómo no, otra vez desde el tren redactamos estas líneas. A ver si nos ponemos al día de nuestro viaje.
Es miércoles y, como siempre que hacemos una excursión fuera de Tokyo, toca levantarse temprano: vamos a pasar parte del día a Nikko.
La noche anterior, antes de caer rendidos de sueño hacemos planes para ver cómo ir a Nikko con la biblia de la Japan Rail. Os preguntaréis qué es, pues es una página en internet que te permite planear tus destinos con pelos y señales: http://www.hyperdia.com/
Pero, cuidado, por que tiene trampa y os puede pasar como a nosotros y si no especificáis bien. La página os puede indicar un limited expres que no es sino un tren que utiliza las estaciones de la compañía pública Japan Rail (para la que disponemos del Japan Rail Pass previamente adquirido en España), pero que es privado y cuando el tren ha comenzado el viaje un atento revisor se acerca pidiéndote el billete, tú le enseñas tu salvo conducto (el japan rail pass) y te dice no vale: a pagar cuando llegues a la estación de destiono, que para ello hay 3 ó 4 esperándote.
Una vez llegados a Nikko, autobús hacia la zona de visita, un bonito puente sobre un río, el área de templos y el mausoleo del más famoso shogun, para acceder al cual hay que superar una escalinata de más de 200 escalones y al gato durmiente que cuida de él. Las otras tres estrellas de la zona son el dragón que ruge (ni fu ni fa), el caballo sagrado que, como es sagrado, está a su aire y lo que más merece la pena: los relieves en madera de tres monos en postura muy similar a los de Gibraltar, ni oyen ni ven ni hablan.


Retornamos a Tokyo para visitar los barrios de Tokyo centro, con sus edificios gurnamentales y el gran parque que anuncia el palacio imperial, del cual se puede vislumbrar un poquito, si no te pasas y la policía te echa a patadas.
Muy cerca de aquí está el exclusivo barrio de Ginza, lleno de las más variadas y refinadas tiendas. Una de las cosas que nos llama la atención es que el ruido de los coches al rodar es inexistente, simplemente, no hay. Por otro lado, si en sus grandes avenidas está toda la clase y elegancia, las pequeñas calles y callejones están repletos de pequeñas tabernas y bares con sus camareros invitándote a entrar.


Nos retiramos a Shinjuku a cenar, despues de una búsqueda infructuosa de un garito con muy buena pinta señalado en la "loly". Encontramos debajo de donde comimos el día anterior una barra de comida japonesa y, mientras que el piso superior está lleno de occidentales, aquí abajo nosotros dos somos los únicos "diferentes". Pedimos un "menú de hombre" para compartir y algún plato más. Todo está realmente delicioso y estamos muy agusto rodeados de gente que charla amigablemente en un ambiente muy distendido y coloquial.

2 comentarios:

  1. Nikko es donde hacen tu cámara de fotos, no?
    Sorprendido igual que el mono me quedo al ver la foto de abajo donde todos los tios parecen de uniforme...

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  2. Tienes razon, es que es el uniforme de trabajo de los tios de la foto jajaja, deberias verlos en el metro a primera hora de la manana.
    Perdon por las faltas es un ordenata publico y japones. Dios cuantas teclas.

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