miércoles, 26 de agosto de 2009

Last tokio













En día 23 del octavo mes del año de gracia 2009 no nos queda más que despedirnos de esta ultra poblada ciudad, la cual en ocasiones puede resultar una locura a todos los niveles conocidos. Pero antes decidimos quemar nuestras últimas naves y fotografiarla desde el mirador de la Torre de la Jefatura del Distrito de Bunkyo, desde el cual se tiene una de las mejores vistas de Tokyo, y aprovechar a dar la última oportunidad al señor Fuji para que aparezca ante nuestros ojos. Pero, como ya sabemos, es un tímido no se deja ver.

Desde aquí, a la zona de Jinbocho, donde en algunas manzanas se concentran un montón de librerías de viejo. Para aquellos que os guste el papel con sabor a antiguo, este es el sitio ideal. Algunas de ellas mezclan los libros con grabados. Como urraquillas que somos y ante el color de lo que nos presentan, sucumbimos a la tentación y hacemos sonar nuestras visas.

Retornamos al hotel, donde habíamos dejado nuestras maletas en consigna, y con el tiempo milimetrado marchamos dirección a la estación central de Tokyo sorteando a ese enjambre humano que vive en cada parada metro.

Misión lograda, estamos en la estacion de Tokyo con 40 minutos de antelación (todo un récord, Tokyo está controlado). Nos ponemos en la cola para tener buenos asientos en la zona de vagones sin reserva cuando Ana dice "¡¡las compras!!": se habían quedado olvidadas en el hall del hotel. Ni cortos ni perezosos llamamos al hotel y, después de varios intentos por hacernos entender, decidimos que, mientras Juanjo se quedaba en la estación, Ana marcharía rauda y veloz hacia el hotel. Así fue y, al cabo de una hora y media de espera aprox., retorna Ana con las bolsas de las compras, que estaban en el mismo sitio donde un par de horas antes habían sido depositadas: ¡¡uff, qué mal trago felizmente superado!!

Así que cogemos el siguiente tren contenos y felices de que los japoneses tengan esa conciencia cívica que en otros países occidentales nos hace tanta falta.

Llegamos a Niigata un par de horas tarde del nuestro horario, lo que nos obliga a pernoctar en esta ciudad. Localizamos un bussines hotel cerca de la estación. Son hoteles estilo occidental, con habitaciones discretas, limpias y con las comodidades acostumbradas por todos nosotros, aunque echamos de menos un buen osen (a esto te habitúas rápido).

Niigata es una ciudad relativamente nueva, con un puerto importante. Después de una relajante ducha nos aventuramos por sus calles, fuera de la zona de la estación del JR la vida es casi inexistente, cosa que nos choca viniendo de la superpoblada Tokyo. Retornamos a la zona de la estación, donde hay una cantidad de bares y restaurantes con alegre jolgorio de locales atizandole al sake. Cenamos unas ricas viandas (ensalada de verde con sashimi, patitas crudas de calamar aderezadas con salsa de jenjibre, atún a la plancha con salsa teriyake y una especie de empanadillas fritas rellenas de carne con verduras que se han de remojar en una salsa de vinagre de arroz y aceite algo picante de un fruto seco. Nos pusimos como el kiko.

1 comentario:

  1. OHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    VAYA PEASO VIAJE OS ESTAIS PEGANDO?
    QUE BONITO HA DE SER VERLO EN VERDAD.
    Habeis visto a KIOTIN?
    saludos A KOGI (EL PILOTO DE MAZINGER-Z)

    ¿tais seguro que comeis lo que decis?

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