jueves, 3 de septiembre de 2009

Impresiones


Peculiaridades que nos han sorprendido

Todos hemos oído hablar de las particularidades del pueblo nipón pero, y aunque sea un tópico decirlo, la realidad supera la ficción.
Nos ha sorprendido gratamente su eficiencia. Un ejemplo, el desafortunado incidente de la maleta al principio del viaje. Nos dijeron que en 24h se encontraría en la dirección que indicáramos y cuando al día siguiente llegamos al ryokan de Kyoto, ahí estaba.
Nos ha parecido también algo digno de aprender el civismo de las personas: en una ciudad como Tokyo, que es la mayor del mundo por densidad de población y que a veces puede ser irritante por tantas personas como hay, la limpieza de sus calles llega a ser deslumbrante, aunque casi no hay papeleras y tampoco ves grandes equipos de limpieza. Tampoco ves gente tirada borracha en los bancos de la calle y nos ha parecido curioso que los campamentos de los sin-techo están organizados, son casi invisibles, en el interior de los parques, pero no por ello son sucios. Es como si hubieran trasladado su casa al parque, dejando sus zapatos en la entrada de las tiendas y sus ropas tendidas a secar ordenadamente en sus cuerdas (vamos, igualito que los borrachos que inundan las calles de nuestras ciudades dejando regueros de vino, meados y desperdicios).
Sus calles, por lo menos las que nosotros hemos pateado, nos parecen seguras. La gente deja sus maletas en los andenes del tren y se marchan a por un refresco, los tenderos abandonan momentáneamente sus tiendas para ir a buscar lo que les haga falta, la gente se encuentra algo y lo llevan a objetos perdidos o lo deja bien puestecito en algún sitio visible por si su dueño quiere volver a buscarlo.

También nos han parecido curiosos y super pulcros sus toilettes, con todas las variedades que llegan a tener: agujeros, tazas normales, calefactadas, con chorrito, automáticos (hasta que se levanta la tapa cuando entras en el baño)… toda una tecnología al servicio del noble arte de cagar.
Otra cosa que nos ha sorprendido es la eficacia de sus transportes de viajeros: desde que te marcan casi con exactitud milimétrica dónde se abrirá la puerta del vagón, la cantidad de gente que sus trenes pueden llevar y la frecuencia de paso.
En cambio, como cuestiones negativas, hemos de decir que no nos ha parecido bien que, en zonas supuestamente turísticas del norte de país el transporte local, sobre todo los autobuses, tenga un horario muy limitado (en algunos sitios a las 17 horas ya no había autobuses) lo cual da muy poco margen de movimiento para conocer los lugares.
Tampoco nos ha gustado que la mayor parte de las oficinas de turismo cierren como muy tarde a las 17:30h. ni, en algunos casos, la sequedad de su personal.
Por último, agradecer a las “vending machines” toda su colaboración y apoyo en nuestras rutas y caminatas por tierras niponas, porque han estado siempre allí, dispuestas a calmar nuestra sed siempre que lo hemos necesitado. Nuestro más sincero agradecimiento, queridas “vending machines”.

Arigato gozaimas a todos los que nos habéis leído y aguantado y a todos los que desde la otra parte del globo nos habéis animado a seguir escribiendo este humilde blog.

Sayonara, amigos.

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